domingo, 6 de junio de 2010

EL ESTADO DEL BIENESTAR

Ayer domingo fue uno de esos días en que conviertes a la tele, el sofá y el portátil en tus compañeros de viaje. Las apuestas deportivas me hicieron ingresar algo de dinero el sábado, por lo que esa sensación de ganador me mantuvo alerta en todos los partidos de 2a, en busca de un botín mayor. Una vez empapado de jugadas, goles, decisiones arbitrales extrañas, tensión y nervios de múltiples estadios españoles plasmados en una pantalla de 42'', mi atención se centró en canal 4, más concretamente en el programa Casadas con Hollywood.
En él, una mujer llevó a su perro a un spa canino donde la sauna, baños turcos, lavados con champú especiales, albornoces diminutos constituían un elenco de lujos para animales de compañía. La dueña del animal argumentaba que todo era poco para el bienestar de su pequeña mascota, lo cual clavó en mi mente un dardo estimulante a modo de reflexión ¿bienestar para quién?. Dudo que si el can pudiera elegir entre el Spa (300 euros diarios) o un buen saco de huesos y algún otro trasero peludo que olisquear tomara la misma decisión que su dueña.
Fue entonces cuando una de esas reflexiones esporádicas circulaba por mi mente intentando llamar mi atención con centelleantes viajes de ida y vuelta: El Ser Humano es Vanidoso por Naturaleza.
Históricamente el hombre ha luchado por obtener libertades: La Revolución Francesa derrocó el Antiguo Régimen Señorial o la abolición de la esclavitud en la Guerra de Secesión americana son sólo algunos ejemplos. Esos grilletes parecían rotos, pero la sociedad actual ejerce sobre el hombre otro tipo de esclavitud: La Esclavitud Consentida, es decir, grandes cabreos por quedarnos sin batería en la Blackberry, citas ineludibles para la manicura, inyecciones de bótox,spas para perros,...
La palabra demagogia no se incluye en mi cuadro de personalidad, y siempre he defendido que cada cual disfrute el dinero que tiene como mejor le convenga, que para eso es suyo. Es más, creo que una vanidad moderada mejora la salud de la autoestima, imprimiendo en el carácter de cada uno dosis de confianza, tan necesaria para alcanzar metas. Sin embargo ¿dónde está el límite?, ¿dónde está la línea que separa la frivolidad de la indecencia?, supongo que esa línea la traza cada individuo en un acto de reflexión personal.
Ásí, después de acudir a la llamada de mis cavilaciones, resolví que lo que aquella señora había comprado (300 euros por unas horas de cuidados perrunos) no era más que un poco de vanidad personal, de poder salir a la calle y verse superior a los demás, saber que aquel despilfarro suponía un dilema moral para otros, pero no para ella.
Imagino que cada uno tendrá su propia opinión, y que los senderos personales que llevan a la felicidad son muy diversos según cada individuo. No es mi intención juzgar a nadie ni denunciar ninguna situación social, nada más lejos de la realidad. Sólo quiero que cada uno, después de leer esta parafada, gaste, mejor dicho invierta 2 minutos en reflexionar y moldear una opinión propia al respecto.
PD: si alguien quiere añadir un comentario, está obligado a crearse una cuenta, sé que no apetece, pero tampoco es para desmayarse jejej, quien lo lea ya sabe por quien va. NO OLVIDÉIS SER FELICES, cada uno con lo que más le llene

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